sábado, 26 de septiembre de 2015

La perla de al Ándalus

-¿Tu abuelo trabajó junto a Hasday Ben Shaprut? -inquirió el viejo con asombro-, no te había oído comentar eso antes.
-Así es en efecto -respondió Samuel-. Yo mismo no lo supe hasta hace bien poco porque mi padre no me lo había revelado nunca. De hecho procura no hablar apenas del abuelo, sus relaciones se rompieron desde que se negara a aceptar la mujer que le tenían comprometida y ya nunca más se volvieron a reanudar. Sólo cuando comprobó que yo me interesaba abiertamente por la medicina me confesó que mi afición se debería tal vez a mis antecedentes. Yo no tuve la suerte de conocerlo pero por lo que me contaron deduzco que debió ser un auténtico hacán.
-Muchos consideran a Ben Shaprut el médico más grande del último siglo.
-Efectivamente, y mi abuelo estuvo con él muchos años colaborando intensamente. Hasta lo acompañó a tierras de los cristianos cuando acudió allí a sanar a Sancho el Grueso, el nieto de la reina Toda.
-Aquél fue un hecho extraordinario -asintió Abdelaziz en tono reverencioso.
-Así me lo contaron. Era tal la obesidad de Sancho que se mostraba incapaz de subir a su caballo. Era un inútil total para la vida cotidiana, pasaba la mayor parte de las horas acostado sin poder levantarse y Ben Shaprut consiguió devolverle la salud, según me aseguraron con la muy eficaz colaboración de mi abuelo.
Ahmed los miró asombrado.
-¿Se puede saber por qué estamos hablando de un gordo en vez de prepararnos para el trabajo? -exclamó indignado-. La princesa nos ha transmitido las urgencias que la angustian y nosotros nos entretenemos en hablar de no se qué grasiento cristiano. ¿Es que hemos perdido el juicio?
-No estamos hablando de un gordo sino de un sabio que sanó a un gordo -dijo Samuel con calma-, pero vayamos a tu princesa si lo prefieres, ¿es que es hora ya de emprender ese trabajo tan importante?
-Así es -asintió Tomás-, y después de habernos hecho esperar durante mucho tiempo sin la menor noticia, ahora desea que iniciemos la labor inmediatamente y que esté concluida en tres semanas, un plazo realmente difícil de cumplir. ¿Sigue en pie tu oferta de ayuda?
-Desde luego, podéis contar conmigo. Me vendrá bien para reposar las muchas enseñanzas que intentó inculcarme el sobrino de Ben Shaprut.
-¡Vaya! -observó Ahmed con cierta sorna-, nuestro amigo judío se va a dignar acompañarnos en tareas menores para dejar que su cerebro descanse de tanta función superior.
-No quise decir eso, mala víbora. Tan solo que estoy encantado de poder ayudar.

-Está bien -cortó el viejo-. Pongámonos a trabajar que hay mucho por hacer.

Fragmento de "La perla de al Ándalus", novela histórica que se desarrolla durante los años 1009 y 1013, período en el que se inició el declive del Califato.

LA PERLA DE AL ÁNDALUS de [Molinos, Luis]

LA PERLA DE AL ÁNDALUS

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