Cid del siglo XXI
/ Pedro Sánchez Castejón,
tus proezas son
leyenda / legendario es tu valor,
todos los libros
de historia / contarán tu audaz acción;
era un tema
perentorio, / el país era un clamor
exigiendo a todas
horas / solventar la situación.
Cincuenta años
llevaba / sepulto en su panteón,
pero mencionar su
nombre / a algunos daba pavor.
Era preciso el arrojo
/ de un héroe libertador
para sacar de su
tumba / al odiado dictador.
Tú te enfrentaste
a sus huesos / con la audacia de un león,
sin que el pulso
te temblara / ni se quebrara tu voz.
No estabas solo
en la hazaña / que una dama te ayudó,
la dama de los
zarcillos, / de voluptuosa voz,
la que anhela sobre
todo / cambiar la Constitución;
llamarla Constituciona
/ es su deseo mayor.
Cid del siglo XXI
/ flamante Cid Decretor,
¡Qué nobleza en
tu mirada / tras esas gafas de sol!
¡Qué porte
caballeresco / cuando subes a tu avión!
Moreno de
chiringuito / manos de batallador,
tu minoría
absoluta / no te provoca temor,
lo que el pueblo
no te diera / el Decreto te lo dio.
¿Para qué contar
los votos / si hay un apaño mejor?
Quien el Decreto inventara
/ el Parlamento evitó.
Cid del siglo XXI
/ legendario Decretor,
¿Dónde vas con
tus mesnadas? / ¿Dónde vas con tal furor?
Voy a buscarles
un hueco / en esta Administración,
porque todos solicitan
/ despacho de director.
No te olvides de
tu esposa / que merece lo mejor.
Descuida que para
ella / ya encontré la solución.
Cid del siglo XXI
/ Quién te observa y quién te vio,
tus malvados
compañeros / pretendieron tu extinción,
pero como el Ave
Fénix / renaciste con fulgor.
Los vaivenes de
la vida / misterio insondable son,
un día estás en el
fango / otro vuelas como halcón,
pero no olvides
que el viento / no siempre sopla a favor.
¡Qué linda la
democracia! / ¡Con cuánta alegre ilusión
vamos con la
papeleta / a meterla en el cajón!
Sin embargo era
accesorio / ganar alguna elección,
bastaba con el
apoyo / de los medios de opinión,
que pueden a un torpe
grajo / transformar en ruiseñor.
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