La
señora ha declarado,
nadie
sabe qué ha pasado.
Como Juana de Arco entró
y
como Judas salió.
Se
desvaneció su orgullo
con
la amenaza del trullo.
-La
independencia no es nada,
una
simple inocentada,
una
broma, un arrebato
solo
por pasar el rato.
El
ciento cincuenta y cinco
me
encanta, lo aplaudo y brinco
de
entusiasmo y de alegría
al
oírlo, señoría.
Yo
me siento muy española,
tanto
o más que la gran Lola.
Se
me encienden las entrañas
cuando
oigo el ¡Viva España!
que
cantaba el Escobar.
¿Me
lo permite cantar?
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