miércoles, 6 de diciembre de 2017

El fugitivo de Bruxelles






En la película de 1996 “Mars Attacks!”, hay una escena en que el general en jefe de las fuerzas de EE.UU. se enfrenta al embajador de los marcianos. El militar se pone a amenazar furibundamente a los invasores y les advierte que va a destruirlos con su potencial bélico, pero debido a alguna artimaña del visitante, se va haciendo más pequeño a medida que grita intentando intimidarlo. Cuánto más grita más pequeño se vuelve, y llega a hacerse tan diminuto que el malvado marciano no tiene más que pisarlo y restregar la suela sobre él como si de una colilla se tratara. Queda claro que el militar es un idiota inconsciente que sobrevalora su poderío y desconoce por completo el del contrario. Vamos, un auténtico cretino.
No sé por qué, me viene a la mente esta escena cada vez que veo y oigo al fugitivo de Bruxelles, o de Brussel, amenazar con esto o aquello. A veces el subconsciente nos plantea extrañas semejanzas.

Si me preguntan por qué digo Bruxelles o Brussel, en vez de Bruselas, si estoy redactando en español, no lo sé. Por lo mismo que todos dicen Lleida o Girona, en vez de Lérida o Gerona cuando hablan o escriben en español. O sea. Pues eso.

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