sábado, 9 de diciembre de 2017

Oda al nuevo Espartaco.

Le citó la juez Lamela,
Espartaco olió el talego,
tomó las de Villadiego
y se refugió en Bruselas.
Redentor de esclavizados,
al viento el grácil flequillo,
con su babero amarillo
tiene al pueblo obnubilado.
¡Oh! Padre de la nación,
¡Oh! Mesías provinciano,
extiende tus recias manos
y esparce tu bendición.
Gran genio de la espantada,
tu leal ciudadanía,
acude a ti en romería
para apoyar tu escapada.
Valeroso gladiador,
titán pleno de virtudes
que en olor de multitudes
quiebras el yugo opresor.
Por amor a este tu poble
preferiste el duro exilio
a un confortable presidio.
¡Qué valor! ¡Qué gesto noble!
¡Qué muestra de abnegación
al rechazar el arresto
y decir: -Aquí estoy presto
a sufrir por mi nación!
¡Qué señorío de cuna!
¡Qué frondosa cabellera!
Más gallardo no lo hubiera,
en república ninguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario