martes, 14 de abril de 2020

La rana hervida


Dicen que si se introduce una rana en un recipiente con agua hirviendo, se escapará de un salto, pero si el agua está tibia y se va aumentando gradualmente la temperatura, se quedará dentro del agua hasta que esté tan debilitada que ya no podrá escapar y morirá.
En las últimas elecciones generales que se celebraron en noviembre del pasado año, aunque parece que tuvieron lugar hace un siglo, sobre un censo electoral de 36,8 millones de electores Podemos obtuvo 3.097.185 votos. El 8,4% de los españoles con derecho a voto apoyaron esa opción. Siendo generosos uno de cada diez quería ser gobernado por ese partido. Pues bien, nos encontramos con que ese uno está imponiendo cada día un poco más sus ideas a los otros nueve. A esto le llaman democracia, se les llena la boca con la palabra y andan constantemente diciendo que es lo que ha elegido la ciudadanía. Para ellos ciudadanía significa un ciudadano de cada diez. Seguramente cualquier dictadura, por tirana que sea, tiene más partidarios entre la población que ese ridículo 10 %. Ya que nos hemos aficionado a los palabros (heteropatriarcado, plurinacionalidad, multilateralismo…) a esto habría que llamarlo demodictadural, dictaducracia, o algo así. Y ahí tenemos a ese siniestro personaje liberticida acumulando más poder cada día, un poder que no le corresponde, ante la connivencia de un fatuo, incapaz y fraudulento doctor superado por los acontecimientos, ante la inacción de una oposición pasmada, impotente y acomplejada, ante el silencio o la colaboración de unos medios entregados y regados con dinero de todos, y ante el asombro o la desidia de una sociedad espantada que solo presta atención al maldito virus mientras le van recortando derechos y libertades, y mientras nos van aumentando la temperatura del agua poco a poco.    

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