martes, 24 de julio de 2018

Burdo remedo de "Muerte de Antoñito el Camborio".

El grandioso original:


Voces de muerte sonaron           
cerca del Guadalquivir.             
Voces antiguas que cercan         
voz de clavel varonil.                
Les clavó sobre las botas          
mordiscos de jabalí.                   
En la lucha daba saltos               
jabonados de delfín.                   
Bañó con sangre enemiga           
su corbata carmesí,                     
pero eran cuatro puñales             
y tuvo que sucumbir.                 
Cuando las estrellas clavan        
rejones al agua gris,                   
cuando los erales sueñan          
verónicas de alhelí,                   
voces de muerte sonaron          
cerca del Guadalquivir.               

Antonio Torres Heredia,            
Camborio de dura crin,              
moreno de verde luna,                
voz de clavel varonil:                
¿Quién te ha quitado la vida      
cerca del Guadalquivir?              
Mis cuatro primos Heredias       
hijos de Benamejí.                       
Lo que en otros no envidiaban,  
ya lo envidiaban en mí.               
Zapatos color corinto,                
medallones de marfil,                 
y este cutis amasado                  
con aceituna y jazmín.                
¡Ay Antoñito el Camborio         
digno de una Emperatriz!            
Acuérdate de la Virgen                  
porque te vas a morir.                  .
¡Ay Federico García,                    
llama a la Guardia Civil!             
Ya mi talle se ha quebrado         
como caña de maíz.                     

Tres golpes de sangre tuvo 
y se murió de perfil. 
Viva moneda que nunca 
se volverá a repetir. 
Un ángel marchoso pone 
su cabeza en un cojín. 
Otros de rubor cansado, 
encendieron un candil. 
Y cuando los cuatro primos 
llegan a Benamejí, 
voces de muerte cesaron 
cerca del Guadalquivir.



El burdo remedo:

Votos extraños volaron
en las Cortes de Madrid.
Votos distintos se unieron
en contubernio ruin.
Les prometió lo ya escrito
y aquello por escribir.
Vendió por pisar Moncloa
a nuestra España cañí,
garantizando cesiones
sin bajarse del atril
En las elecciones tuvo
menos votos que Caín,
pero se apuntaron todos 
al prometido festín.
Cuando los que pierden sueñan
con el poder conseguir,
votos extraños volaron
en las Cortes de Madrid.

Pedro Sánchez Castejón
socialista de postín
moreno de chiringuito
voz de promesas sin fin:
¿Quién te dio la Presidencia
en un día aciago y gris?
Todos los separatistas
reunidos en torno a mí,
lo que otros no le daban
me pidieron y les di.
Concesiones a los presos,
pasta gansa a repartir,
la tele y lo que se tercie,
que en Moncloa he de dormir.
¡Ay Pedrito el socialista
digno de una meretriz!
Acuérdate de los tuyos  
que te van a hacer sufrir.
¡Ay Carmen la enzarcillada,
llama a la Guardia Civil!
Que traigan mi jet privado,
me voy a Benicasín.



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