lunes, 23 de julio de 2018

A moro muerto; gran lanzada.



En el Museo de Málaga hay un cuadro de Bernardo  Ferrándiz y Badenes, pintor valenciano del siglo XIX, en que se representa a un ratoncillo paseando ufano entre los huesos de un gato. El marco lleva en su parte superior la inscripción: “A moro muerto, gran lanzada”, y en la parte inferior unos versos: “Rey Fiero ayer para ti/ Mis leyes di a respetar/ Y hoy que la muerte está en mi/ Hasta tú vienes a hollar el polvo de lo que fui”. 
La frase corresponde a un antiguo refrán medieval, época como todos saben, de constantes enfrentamientos entre cristianos y musulmanes.
Vaya por delante que el adagio chirría un tanto con el actual lenguaje políticamente correcto. Tal vez habría que decir: “A musulmán sin señales de vida, clávese presuntamente una pequeña lanza.” Pero es lo que pasa con las cosas antiguas. Suenan un poco bruscas.
El caso es que el refrán en cuestión ironiza con ese comportamiento oportunista de los míseros y cobardes que, una vez conjurado el peligro, acuden a hacer ostentación de su supuesto valor alardeando de haber derrotado al enemigo. Una vez que el muerto está muerto y bien muerto, aparece el osado héroe que se enfrenta a él con legendario valor y le clava la lanza. Más o menos como ese ratoncillo que se pavonea entre los huesos del gato.
Algunos compaginan el coraje con la prudencia, por aquello de que más vale prevenir que lamentar, y han esperado más de cuarenta años para clavar la lanza en el muerto. No sería extraño que quieran fotografiarse con los huesos del difunto, remedando a esas terribles imágenes que circulan por Internet, de milicianos posando junto a cadáveres de monjas o curas recién extraídos de sus ataúdes, meros esqueletos con algunos andrajos adheridos a los huesos. Posados realmente macabros, propios de mentes perturbadas y enfermas.
Supongo que, dado el tiempo transcurrido, el cadáver que tanto preocupa estará como el de aquellas monjas, huesos mondos y lirondos con alguna medalla colgando. Sería insuperable una foto junto al esqueleto haciendo con los dedos la V de victoria.      
Como ya se está prolongando demasiado el anuncio de la exhumación y empieza a ser cansino, espero que se realice “en breve”, tal como ha prometido el ardido Presidente. Aunque a tenor de su nivel de cumplimiento de promesas no sé yo, igual vuelve a decir Diego donde dijo digo. Vaya usted a saber.
En este caso espero que cumpla y trasladen al finado a otro lugar, no sé adónde, ya que estoy deseando ver lo que sigue. Porque barrunto que ese no será el final de la película, como decían en las series antiguas: Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario