domingo, 2 de agosto de 2020

Danzad, danzad, malditos.

“Danzad, danzad, malditos”, es una película de 1969 de Sydney Pollack que se desarrolla durante la Gran Depresión americana. En un entorno generalizado de paro y miseria la gente se apuntaba a maratones de baile para intentar sobrevivir obteniendo el dinero del premio a la pareja que resistiera más tiempo bailando sin parar. El público acudía a ver cómo los aspirantes iban cayendo exhaustos y se divertía con tan morboso espectáculo. La Gran Depresión se inició en 1929 con el crack bursátil y se prolongó durante una década. Sucedió a los felices veinte, una época de prosperidad ficticia basada en el crédito, que se suponía iba a durar siempre. Cientos de bancos quebraron, cerraron miles de empresas y millones de personas se quedaron sin trabajo, en la miseria más atroz. Naturalmente, unos años antes, nadie pensaba que tal cosa pudiera ocurrir.

Casi cien años después podríamos cambiar el título de la película por: “Aplaudid, aplaudid, malditos”. El obsceno espectáculo de un grupo de incompetentes aplaudiendo embelesados al incompetente mayor del reino mientras todo se desmorona alrededor guarda una cierta semejanza con aquel público miserable que se divertía mientras jaleaba a los pobres danzantes que intentaban superar la terrible tragedia de sus vidas. Mientras cierran miles empresas y comercios, mientras cientos de miles de trabajadores van al paro, mientras se desploma la economía, los máximos responsables de la hecatombe se dedican a aplaudirse entre ellos. Y a mentir.   

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