jueves, 18 de mayo de 2017

El 19 de mayo de 1895 murió José Martí

El padre Patrocinio me tenía al corriente de los acontecimientos, iba todos los días a la Comandancia y siempre traía a las reuniones noticias de última hora.   
Una tarde de finales de mayo nos dio una de la mayor trascendencia:
-Ayer cayó Martí -dijo según entraba por la puerta con el ímpetu acostumbrado.
El doctor y su ayudante, que acababan de sentarse, dieron un respingo.
-¿Cómo es eso? -preguntó Anselmo, visiblemente nervioso- ¿Qué quiere decir cayó?
-Que está muerto, difunto, cadáver. Cayó en Dos Ríos, en el transcurso de una dura batalla entre los mambises y las fuerzas del coronel Ximénez de Sandoval.
-¿Está seguro de la noticia? ¿No podría tratarse de un bulo?
-No hay ninguna duda. El cadáver fue recuperado por los soldados y lo llevaron a Santiago para darle respetuosa sepultura.
-¡Cuánto lo siento! ¡Qué desgracia! Era un gran hombre, un hombre extraordinario, irrepetible.
-Un hombre responsable de esta cruenta guerra que sufrimos. Él es el máximo culpable de la sublevación, él fundó el Partido Revolucionario Cubano, él encrespó a las masas contra los españoles, él soliviantó los ánimos de gente sencilla que no pensaba rebelarse.
-Padre, eso es pensar que un solo hombre puede transformar el pensamiento de todo un pueblo. ¿No le parece más razonable creer que lo que hacen estos grandes hombres es encauzar un sentimiento que está latente en ese pueblo, solo esperando que alguien lo desvele y lo dirija?    
-Los pueblos piensan poco, amigo Anselmo, están a lo que caiga. Lo mismo les da una cosa que la contraria. Se limitan a seguir a quien les prometa una vida mejor.
-Padre, no siga por ahí.
-No me vuelva a mezclar las churras con las merinas. Estoy hablando de la vida terrenal, de este valle de lágrimas por el que transcurre nuestra existencia, de este huerto feraz para los demagogos.
-Martí no es…, no era, un demagogo. Era un patriota…
-Un traidor.
-Un amante de su pueblo. Y por encima de todo un poeta. Llevo aquí unos versos suyos que me llegaron hace bien pocos días. Ahora, conociendo la triste noticia, parecen premonitorios. Con su permiso se los voy a leer:
Yo quiero salir del mundo
por la puerta natural,
en un carro de hojas verdes
a morir me han de llevar.
No me pongan en lo oscuro
a morir como un traidor,
yo soy bueno y como bueno
moriré de cara al sol.

¿No le parece extraordinario que compusiera estas rimas hace pocas fechas? Es como si presintiera su destino.

Fragmento de "La indiana Manuela", novela histórica que se desarrolla en Cuba a finales del siglo XIX.
Disponible en Amazon.


La indiana Manuela de [Molinos, Luis]

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