Cuando alcanzaron la nave, un grupo de hombres estaba intentando descargar uno de los bloques de mármol ayudándose de varias mulas. Bías llamó al capitán y este bajó inmediatamente.
- Amigo Artidón -dijo el joven-, este
hombre que me acompaña es el sabio maestro Estridón de Nicea, que ha querido
venir a darte las gracias personalmente por tu regalo para la biblioteca del
Museo.
El capitán se sentía muy halagado por
la presencia de tan ilustre personaje y no cesaba de hacer reverencias para
demostrar su agradecimiento.
- ¿Entonces, eres el dueño de este
barco? -preguntó Estridón.
- Así es, señor, lo compré hace diez
años a un armador de Frigia y desde ese día no he dejado de navegar por estos
mares.
- ¿Sabes si ese frigio fue el
constructor?
- No señor, me dijo que él se lo había
comprado a un rico medo algún tiempo antes.
- ¿Cuántos años calculas que tiene tu
embarcación?
- El vendedor frigio me aseguró que
tenía dos años pero yo le calculo alguno más.
- No te la pienso comprar -dijo
Estridón-. Dime lo que calculas de verdad.
- Cuando la compré no tendría menos de
quince años.
- ¿Sabes algo de ese medo?
- No señor, nada me dijeron.
- ¿Tienes idea de dónde se construyó
tu nave?
- Pues eso sí me lo dijo. Me aseguró
que lo fabricaron en el puerto de Sidón con ricas maderas traídas del este. Sí.
Es más, ahora recuerdo que me dijo que el constructor fue un hombre de mucha
edad y enormes conocimientos. Me aseguró que entendía tanto de barcos como de
estrellas. Sí, me dijo que había sido construido por un sabio -quedó un momento
pensativo mirando el horizonte-. Sí, eso dijo. Son cosas que se dicen cuando se
quiere vender algo. Yo no le hice mucho caso.
- ¿Es un buen barco?
- En verdad, no tengo grandes quejas
de él. Fue capaz de salir ileso de fuertes tormentas. Recuerdo una en el golfo
de Siracusa..., y otra en las costas de Creta..., con olas de más de treinta
pies. ¡Qué digo treinta!, ¡cincuenta al menos! Nos pasaba el mar por encima una
y otra vez. Creí que no lo contaba. Toda la carga se fue al fondo y tres
marineros también, pero el barco aguantó las embestidas y salió indemne. Cuando
ya parecía que se iba a pique, totalmente escorado -decía acompañándose de las
manos, para indicar la inclinación de la nave-, así, así, cuando ya estábamos
resignados a morir, lograba otra vez saltar sobre las olas. Así estuvimos
durante varias horas hasta que conseguimos superar la tormenta. Sí, hay que
convenir que es una nave muy marinera. También las de mis hermanos, ¿eh?, ellos
me contaron avatares semejantes y también los superaron con éxito.
- ¿Las de tus hermanos son iguales a
ésta?
- ¡Exactas!, se construyeron al tiempo
y con los mismos planos. Tienen exactamente las mismas medidas y son igual de
marineras. Sí, son buenos barcos.
- ¿Vienen tus hermanos por este
puerto?
- Alguna vez vinieron y alguna otra
vez vendrán si tienen carga para aquí.
- ¿Recuerdas alguna otra cosa que te
contaran de ese constructor?
Artidón se tomó su tiempo. Mirando al
cielo con un rictus de ignorancia y rascándose la barba con energía estuvo un
rato en actitud de pensar.
- La verdad es que no -dijo al fin.
Pensando Estridón que ya no había más
que indagar se despidió del capitán y volvieron sobre sus pasos.
Ya se alejaban entre la muchedumbre
que abarrotaba el muelle cuando oyeron de nuevo la voz de Artidón que les
llamaba,
- ¡Ah sí! -gritó-, ¡ahora recuerdo
otra cosa! Me dijo el frigio aquél que ese constructor sabio tenía mucho más de
cien años cuando hizo los barcos. Pero claro -concluyó haciendo un gesto de
incredulidad con la mano-, son cosas que se dicen cuando se quiere vender algo.
Fragmento de "Los libros de Alejandría", novela sobre la famosa biblioteca de Alejandría que está disponible en formato de ebook y en papel en Amazon.https://www.amazon.es/LOS-LIBROS-ALEJANDR%C3%8DA-Luis-Molinos-ebook/dp/B008YGFNVS/ref=sr_1_6?ie=UTF8&qid=1499613044&sr=8-6&keywords=luis+molinos
![LOS LIBROS DE ALEJANDRÍA de [Molinos, Luis]](https://images-eu.ssl-images-amazon.com/images/I/515iQbGUIRL.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario