La población mundial ha pasado en los últimos 75 años de
2.500 millones en 1950 a 8.300 millones en la actualidad. Es decir, que se ha
multiplicado por 3,3 en el tiempo aproximado de una vida media. Este crecimiento
no ha sido homogéneo en todos los países sino por el contrario muy desparejo
entre unos y otros.
En general los países de África y Asia han contribuido de
forma determinante a ese crecimiento desmesurado con la única excepción de
Japón, que apenas ha aumentado su población por 1,4 y ahora tiene un grave
problema de envejecimiento. India ha multiplicado su población por 4,2.
Filipinas por 6,2. Indonesia por 4,2. Nigeria por 6,5. Etiopía por 7,7. Egipto
por 5,6. Argelia ha pasado de 9 millones en 1950 a 47 millones. Marruecos de 9
millones a 38 millones. En ese tiempo en España hemos pasado de 28 millones a
48, ni siquiera se ha duplicado a pesar de que la cifra actual incluye a 9
millones de inmigrantes que han llegado en los últimos años. Cada año hay más
defunciones que nacimientos y la población solo aumenta por la inmigración. Todos
los países europeos han sufrido un sesgo semejante. Las políticas progresistas
han propiciado una reducción drástica del incremento del censo vernáculo. Desde
el Poder se ha incentivado el aborto, el hedonismo, la confusión de los géneros
y se ha criminalizado la familia tradicional. La curva poblacional es desde
luego consecuente con esas directivas. Pero esa política ha tenido éxito solo
en una pequeña parte del planeta, la inmensa mayoría no ha seguido las
consignas de esa élite dirigente. Europa solo representa el 5,5 % de la
población mundial. El resultado a la vista está. Una Europa envejecida está
siendo invadida por habitantes de otras regiones, jóvenes con un porcentaje importante
de hombres solos.
Según datos del Banco Mundial la tasa de fecundidad de
Nigeria es de 4,48 hijos por mujer. En Senegal 3,80. En Camerún 4,32. En Congo
4,16. En Mali 5,61. En Níger 6,06.
En España 1,12.
Si la tendencia se mantiene, y no parece que se vaya a
modificar sino que más bien sospecho que se va a acelerar, dentro de otros 75
años, al final del siglo, la antaño población autóctona europea podría ser una
minoría aislada en barrios particulares rodeada de masas ingentes de personas
llegadas desde otros continentes que impondrán sus normas por el simple hecho
de ocupar el espacio.
Las previsiones de Naciones Unidas dicen que la población
mundial seguirá aumentando hasta alcanzar los 10,4 mil millones hacia 2080 y
luego se estabilizará pero hasta ahora las proyecciones siempre se han quedado
por debajo de la realidad. El caso es que ni guerras, ni epidemias, ni
catástrofes o hambrunas han mitigado el crecimiento global.
Claro que puede que todo cambie cuando la IA tome el
control.
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