Esta es una imagen del tráfico de esclavos del siglo
XXI. Miles de pateras dispuestas para personas desesperadas que pagan
cantidades enormes a mercaderes sin escrúpulos que se enriquecen con su
desgracia. Y ahí hay que incluir a las llamadas ONG´s que ayudan a incrementar
el tráfico con su pretendida humanidad. De buenas intenciones están los
cementerios llenos y el fondo del mar también. Solo el dato de que en la última
década han muerto ahogadas en el Mediterráneo 30.000 personas intentando llegar
a costas europeas sería suficiente para detener inmediatamente este tráfico
miserable. La incesante llegada de inmigrantes indocumentados es un fenómeno
imposible de explicar empleando la lógica. Hay que intentar acudir a teorías de
difícil comprensión para la gente corriente. Es incomprensible que no se pongan
los medios para detener la invasión de hombres jóvenes, indocumentados, de
trayectoria personal desconocida, sin conocer el idioma, sin formación, de
costumbres distintas y hasta opuestas,
que acceden al país sin control y una vez dentro son distribuidos por ciudades
y pueblos para que se busquen la vida como buenamente puedan, o sea
invitándolos a la delincuencia. Al tiempo que se lanzan mensajes de que la IA
va a acabar con gran parte de la mano de obra se justifica la llegada de estas
personas sin formación por la necesidad de mano de obra barata. Es como decir que
se necesitan esclavos para mantener el supuesto estado de bienestar cada vez más
endeudado. Más o menos se argumenta que estos jóvenes van a trabajar para pagar
las pensiones de los europeos viejos. Un joven español puede comprender que los
mayores que van pasando a disfrutar de la jubilación se lo han ganado con su
trabajo de muchos años y además entre ellos están sus padres o sus abuelos. Es
una situación aceptada, reconocida y asumida por nuestra sociedad. ¿Pero un
joven proveniente de otra cultura completamente distinta creen que va a aceptar
deslomarse para que ancianos con los que no tienen el menor vínculo se
beneficien de su esfuerzo? Yo creo que no. Los inmigrantes que tengan que venir
que lo hagan por los conductos regulares, identificados, mejor con familias,
con mujeres y niños, con la seguridad de que van a ser adecuadamente atendidos
y con la posibilidad cierta de que van a encontrar un trabajo digno que les va
a permitir integrarse en la sociedad de acogida. La invasión descontrolada
actual que además se va incrementando aceleradamente no es bueno ni para los
que llegan ni para los que la padecen. Es una auténtica locura que nos empuja al
abismo. Los dirigentes incapaces de detener este caos ya no sé si son simplemente
inútiles o son cómplices de esta insensatez.
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