Hace poco, en una televisión
belga le hicieron una entrevista al fugado exhonorable y en esa ocasión los
entrevistadores no parecían sus mejores amigos. Viendo la reacción del
interpelado no hay más remedio que plantearse unos cuantos interrogantes:
1-¿Cómo es
posible que un personaje tan idiota y ridículo tenga seguidores? A menos que
estos sean tanto o más idiotas que el propio sujeto.
2-¿Cómo es
posible que un personaje tan idiota mantenga ascendencia sobre los que ahora
están al mando del Gobierno de Cataluña? A menos que estos sean tanto o más
idiotas que el propio sujeto.
3-¿Cómo es
posible que un personaje tan idiota mantenga en jaque al Gobierno de España? A
menos que los integrantes del Gobierno de España sean tanto o más idiotas que
el propio sujeto.
4-¿Cómo es posible
que un personaje tan idiota pueda poner en peligro la convivencia de todo un
país? A menos que la mayoría de sus habitantes seamos tanto o más idiotas que
el propio sujeto.
La idiotez es un
virus terrible que se propaga subrepticiamente adueñándose de la voluntad de
las personas. Cada vez se extiende más y nadie parece intentar poner remedio.
Está muy bien investigar el alzheimer, el cáncer, el sida, y todas esas
terribles enfermedades que nos amenazan, pero alguien debería investigar la
idiotez, un mal que ha causado a lo largo de la historia, más desgracias, sufrimiento
y muertes que cualquier otra epidemia maligna. Harían bien los gobiernos en
dedicar tiempo y recursos a esa investigación. A menos que todos ellos estén ya
infectados irremisiblemente por el virus.
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